Autor: Luka van der Veer
Law, Science, Technology and Society Research Group
Vrije Universiteit Brussel
Con esta primera entrada en el blog de SOCIO-BEE, me gustaría en primer lugar presentar brevemente nuestro papel como socio en el proyecto para que quede claro lo que hacemos. VUB-LSTS es un grupo de investigación interdisciplinar sobre Derecho, Ciencia, Tecnología y Sociedad (LSTS) de la Vrije Universiteit Brussel (VUB), centrado en las articulaciones entre derecho, ciencia, tecnología, ética y sociedad. VUB-LSTS contribuirá al consorcio y al proyecto realizando investigaciones jurídicas y éticas, con especial atención a la protección de datos y la privacidad.
Debido a nuestra posición, es interesante examinar más de cerca las cuestiones jurídicas y éticas asociadas al contexto de la ciencia ciudadana por sus posibles implicaciones. Los participantes de SOCIO-BEE tendrán una implicación activa en el proceso de investigación, en lugar de los papeles más pasivos de la investigación científica tradicional. Por ello, expondré brevemente aquí algunos de los trabajos que hemos realizado como socios en los últimos meses sobre derecho y ética en la ciencia ciudadana y las lecciones que hemos aprendido de ellos.
La importancia de los datos en SOCIO-BEE
La literatura con respecto a la ciencia ciudadana y la gestión de datos hace mucho hincapié en la importancia de una correcta gestión de los datos de investigación a lo largo del ciclo de vida de los datos en los proyectos de ciencia ciudadana, lo que permite a un proyecto “crear datos que sean abiertos y significativos para la comunidad y más allá”. Dentro de SOCIO-BEE ya hemos acordado y emprendido varias medidas “para garantizar la usabilidad y reutilización de los datos de investigación antes, durante y después del proyecto de investigación” (Hansen et al., 2021).
Capacitar a los investigadores SOCIO-BEE y a los científicos ciudadanos mediante buenas prácticas de investigación
Por ejemplo, un plan de gestión de datos (conocido como DMP) fue creado por la VUB junto con los socios de SOCIO-BEE al inicio del proyecto y contenía los primeros pasos para hacer que los datos de investigación fueran localizables, accesibles, interoperables y reutilizables (FAIR) para los beneficiarios de Horizonte 2020. Estos diferentes pasos pueden preparar la infraestructura necesaria para aumentar el acceso a los datos y su reutilización, algo que la investigación demuestra que no siempre es evidente en los proyectos de ciencia ciudadana (Bowser et al., 2020). Por lo tanto, los pasos dados refuerzan la credibilidad, la reputación y la sostenibilidad de la ciencia ciudadana, y se suman así a uno de los componentes más importantes de la ciencia ciudadana, a saber: la capacidad de hacer afirmaciones normativas sobre determinados problemas utilizando datos. Esto, a su vez, puede reforzar la asimilación política de estos datos y empoderar a los científicos ciudadanos y a sus comunidades (Balázs et al., 2021; Hansen et al., 2021).
La elaboración ulterior de buenas prácticas de gestión de datos de investigación (RDM) podría reforzarse, entre otras cosas, mediante la elaboración de un protocolo de investigación para la ciencia ciudadana que también aborde de cerca el aspecto de los datos. En SOCIO-BEE estamos trabajando actualmente en nuestra propia versión, que preferiblemente debería ser lo más inclusiva posible para los diferentes grupos de la sociedad.
Atentos a los avances en este campo
SOCIO-BEE contiene numerosos aspectos que lo convierten en un interesante caso de estudio en términos de derecho y ética en el contexto de la ciencia ciudadana. Esto incluye el uso de tecnologías innovadoras (incluidos drones, wearables, técnicas de IA), la importancia de diferentes prácticas de datos, la participación de grupos vulnerables como niños, ancianos, discapacitados y tener en cuenta las desigualdades de género.
Esto ocurre en un momento en que estos aspectos están sujetos a un rápido desarrollo legal dentro de la Unión Europea (UE). Es crucial para SOCIO-BEE seguir de cerca estos desarrollos, ya que es necesario para el cumplimiento del proyecto, pero también ofrece oportunidades para desarrollar las mejores prácticas en el campo del derecho y la ética en la ciencia ciudadana.
Que quede claro que estos avances no son inevitablemente limitantes para proyectos como SOCIO-BEE. Al contrario, nos muestra que “los responsables políticos y las instituciones de la UE están adoptando procesos de toma de decisiones cada vez más abiertos, transparentes y participativos” porque el público de hoy “espera que los gobiernos adopten políticas y decisiones transparentes y basadas en pruebas” (Comisión Europea, 2020).
Otro aspecto importante de esta evolución es la legislación europea sobre calidad del aire. La UE ha promulgado diversas normas para combatir la contaminación atmosférica, entre ellas la Directiva sobre calidad del aire ambiente. Esta directiva de la UE es de interés para SOCIO-BEE porque trata de la contaminación atmosférica general en la UE e incluye un límite de contaminación atmosférica nociva en el exterior según el art. 13, que puede repercutir en los resultados de los datos de la ciencia ciudadana. La reciente evolución jurídica de la UE muestra que puede haber consecuencias legales si se supera este límite, por lo que los ciudadanos pueden agotar sus derechos a exigir medidas a los gobiernos en los tribunales nacionales (véanse, por ejemplo, asuntos del Tribunal de Justicia de la Unión Europea como el C-752/18). En los casos en que los ciudadanos recopilan datos medioambientales a través de, por ejemplo, dispositivos con sensores que se pueden llevar puestos, pueden aportar pruebas de infracciones medioambientales y reclamar sus derechos.
Mirando al futuro: el valor de la comunicación y de compartir recursos
En los próximos meses, trabajaremos desde la VUB en The Knowledge Powerhouse for Citizen Science on Law and Ethics con el que queremos comunicar al público los recursos y el trabajo de los proyectos sobre derecho y ética.
Teniendo en cuenta esto y nuestro trabajo anteriormente mencionado, no se puede subestimar la importancia de una comunicación clara e inclusiva con el público y específicamente con nuestros diferentes participantes en ciencia ciudadana en el trabajo que realizamos como socio de la VUB, pero también con todo el consorcio SOCIO-BEE. Esto es ciertamente indispensable cuando se habla de la relación entre los ciudadanos y la ciencia.
La popularidad rápidamente creciente de la ciencia ciudadana en el siglo XXI es una no sin consecuencias, ya que “apunta a una transformación potencial en los modos de participación pública en la ciencia” (Strasser et al., 2019). Nos corresponde a nosotros, como consorcio, adoptar una actitud reflexiva permanente en la que impliquemos a los científicos ciudadanos y a otras partes interesadas de la forma más activa y accesible posible con el proyecto.